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Amar a D
ios, es la esencia de la vida fe. El pueblo de Israel reconoce que este es su deber esencial con Dios. Jesús es puesto a prueba por los fariseos, para que dé razón de su fe y no duda en mencionar el precepto, pero más aún demuestra que el amor a Dios encuentra su sentido pleno, cuando se conjuga con el amor a los demás y se hace como una oblación de toda la persona. La Sagrada Escritura en su totalidad (es lo que significa la ley y los profetas) busca llevar al creyente a la Verdad de Dios y a la verdad del hombre, la cuales se conjugan y entrar a formar una unidad compacta, que es el amor. La experiencia más grande del amor, encuentra un sentido completo en la Cruz del Señor Jesús, que significa la relación entre Dios y los hombres, manifestada en al obediencia al padre; y la fraternidad que debe darse entre los hombres, que se manifiesta en la solidaridad.
