Porque todos somos diferentes
No se puede pretender que todas las personas tengan los mismos criterios personales; una de las principales causas de confrontación con la realidad y con las demás personas, es cuando se trata de juzgar a los otros con los criterios propios, sin pensar en la multiplicidad de ideas y de criterios. Lo más certero es dejar que se realice una conjugación de criterios para llegar a la verdad.
Para la persona lo más difícil es recocer que ha fallado y que ha luchado inútilmente, pero más aún cuando es otro el que tiene la razón o las cosas simplemente le salen bien. En el hombre se encuentra una gran cantidad de emociones y de afectos, uno de los más fuertes es el orgullo, que no le permite encontrarse con la realidad. Cada persona maneja su dosis de orgullo, lo cual muchas veces puede ser disimulado con la humildad, o puede ser resaltado con un marcado egoísmo que hace ver a los demás como inferiores.
Otro gran problema es el pretender pensar lo que las otras personas pensarían ante las diferentes circunstancias. Es lo más fácil que hay para las personas: aplicar los propios criterios y las propias emociones al otro.
Es necesario tener en cuenta la diversidad de personas que existen y ver como cada uno tiene criterios totalmente diversos ante los avatares de la vida. Cada persona maneja un mundo de sentimientos y de vivencias tan distintos, que le permiten ver cada situación desde una perspectiva diferente y con unos criterios distintos. En la persona confluyen elementos tanto internos como externos, en el momento de reaccionar y de actuar.
Entre los momentos internos se hallan: el ánimo, las emociones, los afectos, las circunstancias propias de su vida; y entre los factores externos se dan: la formación, las personas que lo rodean, la capacidad de empatía y las relaciones interpersonales.
Un gran error que se puede cometer con la persona, en cualquier lugar y en cualquier situación, es pretender que actúe como otra persona o simplemente compararlo con ella. Ya que esta situación se convierte en un prejuicio y una atadura, que no permite avanzar en el desarrollo de las propias capacidades.
Cada persona, normal, puede superar las barreras que presenta la humanidad y puede crear todo un mundo, gracias a la capacidad creadora que Dios le ha otorgado, pero que no se atreve a hacerlo, porque tiene miedos y temores internos, que no logra abatir, ya que ha formado su personalidad desde su infancia; y todos hemos recibido de nuestras familias miedos, culpas, sentimientos, que son parte de la formación, pero que también nos hacen ponerle barreras a la realidad. Es necesario arriesgar algo en la vida para encontrar grandes triunfos o grandes derrotas, pues el hombre también aprende fracasando.
Siempre necesitados de la ayuda, cercana de una persona que nos ayude a afrontar la realidad y que también tenga como meta la felicidad, aunque duela. Muchas veces pretendemos realizar todas nuestras empresas contando sólo con nuestras fuerzas y con nuestros criterios, pero muchas veces no alcanzan para lograr las metas. Las más grandes empresas se han realizado en el consorcio de mentes y de ideas, pues los diferentes puntos de vista son un gran aporte para darle objetividad y certeza a una realización.